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Amigos en las buenas y en las malas

Mi nombre es Bryan y estudio en un colegio público de la ciudad de Machala, en la provincia del Oro. Actualmente tengo 14 años y mi mejor amiga del colegio se llama Susana, somos compañeros de clases desde octavo. Siempre nos ha unido mucho el amor por el anime, la música k-pop y la cultura asiática. A veces nuestros amigos del colegio nos ven como raritos, pero eso no nos importa.
Bryan y Susana en la escuela
Hace 3 meses, ella me contó que se había unido a un grupo de Facebook de personas Otaku, es decir chicas y chicos que también les gusta lo mismo que a nosotros. Yo no pude unirme porque no tengo internet en mi casa, así que, en los recreos, Susana me mostraba las publicaciones del grupo y conversábamos. En una ocasión, ella me prestó su celular para revisar el grupo mientras ella hacía fila en el bar del colegio. De la nada, le llegó un mensajito por Messenger de Facebook. Era un perfil de un chico de nuestra edad que se llamaba David y un apellido que no pude leer porque estaba escrito en japonés. Cuando ella regresó le avisé del mensajito y me dijo que de seguro era un nuevo amigo virtual que había conocido en el grupo de Facebook.
Bryan y Susana conversando

Pasaron unos días y ella me contó que se había hecho novia de David porque se entendían muy bien. Yo me sorprendí, pero veía que Susana estaba feliz, ella me decía que él la apoyaba cuando ella se sentía mal y triste. Le pregunté si ya se conocían personalmente y ella me contestó que no, pero que poco a poco ya se habían intercambiado fotos para conocerse.

Después de unas semanas, Susana me preguntó si yo había escuchado de los nuevos retos de las redes sociales. No sabía de qué me hablaba y de seguro era porque no podía conectarme a internet más que en las computadoras del colegio. Susana me contó que su novio virtual, David le había retado a que ella le envíe fotos en terno de baño. Y si ella cumplía con ciertas poses que él le pedía, él se comprometía a regalarle cosas lindas traídas de Japón.

Imagen de David revisando las fotos de Susana en su terno de baño
A mi eso me parecía muy raro, después de todo, ¿quién era David? ¿de dónde sacaría dinero para comprar esas cosas y traerlas de tan lejos si Susana me había dicho que él tenía la misma edad que nosotros? Pero realmente me asusté cuando ella me dijo que pronto se conocerán.

En una charla con la DECE de nuestro colegio, nos habían hablado de los engaños por redes sociales. Que gente adulta se hace pasar por chicos adolescentes y que si sabíamos de algún caso no dudemos en avisar. Yo estaba indeciso porque mi amiga estaba emocionada de conocer a su novio virtual y no quería perder su amistad y su confianza, sin embargo, todo me parecía muy raro. Así que decidí avisarle a el DECE que nos había dado la charla.

La DECE denunció el hecho ante la Fiscalía y se acercó a mi amiga y su familia y juntos detectaron que ella necesitaba acompañamiento. La mamá de Susana le contó a mi mamá que la DECE había elaborado un informe de violencia sobre lo sucedido y que el vicerrector del colegio puso en aviso a la dirección distrital. Luego de unos meses nos enteramos que dos compañeras de otros paralelos habían vivido lo mismo hace casi un año.

Imágenes de celulares y mensajes de alerta
  • Identifica

Señales de alerta para reconocer si estás viviendo una situación de violencia sexual

Si te pide que guardes en secreto las cosas que hace o habla contigo.

Si te hace sentir incómoda/o porque insiste en tener contacto físico o dice cosas que te asustan o avergüenzan.

Si te muestra imágenes, videos o te habla de las partes íntimas de tu cuerpo o de personas adultas o de otros niños o niñas, o actividades sexuales.

Si te llama, te escribe o te busca permanentemente para pasar tiempo contigo a solas sin que la persona de tu confianza lo sepa.

Si te hace preguntas incómodas sobre tus partes íntimas, o sobre cosas que tú consideras privadas.

Si te da dinero o regalos permanentemente y sin razón, te pide que hagas cosas que te hace sentir inseguro/a o incómodo/a.

Si te pide que le acompañes a sitios donde nadie puede verlos o saber (lugares secretos).

Si frecuentemente entra en el baño o lugares donde te cambias de ropa, sin tocar la puerta y sin respetar tu intimidad.

    • Qué hacer

    ¿Qué puedo hacer si estoy viviendo violencia sexual?

    Cuando vivimos una situación de violencia sexual hay una serie de emociones que pasan en nuestro cuerpo. Confía en tus emociones, es normal que al atravesar por este tipo de experiencias sientas algunas de las siguientes:
    Inseguridad, miedo, confusión, vergüenza. Recuerda que no es tu culpa y que puedes contarle a tu persona de confianza.
    Preocupación porque esa persona te lastime o lastime a alguien a quien quieres. Debes saber que muchas niñas, niños, adolescentes y personas adultas son amenazadas como una forma de chantaje para obtener silencio. Cuéntale a tu persona de confianza y sabrá cómo ayudarte.
    Miedo de que no te crean. Nuestra sociedad pone en duda la palabra de la víctima o sobreviviente, así que la responsabilidad no es tuya. Las personas que están a cargo de tu cuidado deben creerte, si no lo hacen no te asustes y acude a otra persona de confianza. Vivir una situación de violencia no es tu culpa.

    NOTA: siempre puedes contar con la Red intergeneracional de tu escuela/cantón y pedir para el proceso de vigilancia y exigibilidad para la respuesta de los servicios de protección. Y, si deseas participar de acciones para enfrentar la violencia sexual en tu escuela o colegio puedes también sumarte a la Red y participar activamente para trabajar en prevención y respuesta a la violencia sexual en las instituciones educativas

    Importante

    ¿Con quién contar?

    Cuéntale a tu persona de confianza
    como tu padre, madre, docente, psicóloga, DECE o la persona en la quien confíes. Las personas adultas, tienen la responsabilidad de protegerte y cuidar de ti y de tu bienestar.

    ¡Recuerda!

    Nadie de la comunidad puede solicitarte que muestres signos o lesiones que no se puedan observar a simple vista.