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La historia de Cecilia

Soy Cecilia, tengo 14 años de edad y voy en 9no año del cole. Vivo en La Bonita, en Sucumbíos. Me gusta mucho mi escuela porque las y los profes son buena onda y suelen escuchar nuestras opiniones. Mi mejor amiga es Carmen, ella es un año mayor que yo, pero estamos en el mismo grado. Juntas salimos a los recreos y, de vez en cuando, a comer helado y al cine. Siempre estamos juntas, nos queremos mucho porque nos conocemos desde hace varios años. Nuestras mamás son amigas y vecinas en el barrio, al sur de Quito.
Cecilia y Carmen abrazadas

Estoy en el segundo quimestre de clases y mis notas no mejoran, me cuesta entender ciertas materias. Junto a mis amigas nos reuníamos para estudiar y mejorar nuestras calificaciones. La verdad, las últimas semanas no lograba concentrarme, sentía miedo, además de mucha culpa entre mis notas que no mejoraban y lo que me estaba pasando con uno de los profes del cole.

El profe Martín empezó a llamarme a tutorías individuales, me obligaba a quedarme todo el recreo en el aula con él, su actitud me daba miedo cada vez más, se acercaba mucho a mí.

Cecilia con el profesor Martín
Un día, en medio de la tutoría Carmen entró a buscarme para brindarme una salchipapa antes de que terminara el recreo y se asustó porque el profe me tenía de la cintura. No era la primera vez que se acercaba y me sentía invadida, días antes subió un poco mi falda mientras estaba sentada frente a su escritorio y me dibujo corazones en la pierna, yo no quería, pero él me exigía que le dejara hacerlo, me decía “que no había nada de malo” ¿Cómo una persona que debería cuidarte y enseñarte, podría lastimarte? Era la pregunta que rondaba en mi cabeza. Así que decidí preguntarles a dos amigos que forman parte de la Red Intergeneracional para evitar la violencia sexual. Ellos me contaron que yo podía denunciar y que me dirija a una persona de confianza para contarle todo.
Carmen sorprendida en ver al profesor Martín abrazando a Cecilia
Se lo conté al DECE del colegio. Al escuchar lo que pasaba enseguida intervino; denunció en la Fiscalía y avisó a las autoridades del cole, levantaron algo como un sumario, separaron al docente de la institución educativa para protegerme. En el colegio las y los profes empezaron a estar más pendientes de mí, hablaron incluso con mi mamá. Eso me dio más fuerzas: me creyeron, no me culparon, sino que cuidaron de mí para que esto no volviera a pasar. El colegio ha hecho protocolos y campañas al interior para que esto no se vuelva a repetir.
Cecilia y Carmen cruzando los dedos y haciendo una promesa
  • Identifica

Señales de alerta para reconocer si estás viviendo una situación de violencia sexual

Si te pide que guardes en secreto las cosas que hace o habla contigo.

Si te hace sentir incómoda/o porque insiste en tener contacto físico o dice cosas que te asustan o avergüenzan.

Si te muestra imágenes, videos o te habla de las partes íntimas de tu cuerpo o de personas adultas o de otros niños o niñas, o actividades sexuales.

Si te llama, te escribe o te busca permanentemente para pasar tiempo contigo a solas sin que la persona de tu confianza lo sepa.

Si te hace preguntas incómodas sobre tus partes íntimas, o sobre cosas que tú consideras privadas.

Si te da dinero o regalos permanentemente y sin razón, te pide que hagas cosas que te hace sentir inseguro/a o incómodo/a.

Si te pide que le acompañes a sitios donde nadie puede verlos o saber (lugares secretos).

Si frecuentemente entra en el baño o lugares donde te cambias de ropa, sin tocar la puerta y sin respetar tu intimidad.

    • Qué hacer

    ¿Qué puedo hacer si estoy viviendo violencia sexual?

    Cuando vivimos una situación de violencia sexual hay una serie de emociones que pasan en nuestro cuerpo. Confía en tus emociones, es normal que al atravesar por este tipo de experiencias sientas algunas de las siguientes:
    Inseguridad, miedo, confusión, vergüenza. Recuerda que no es tu culpa y que puedes contarle a tu persona de confianza.
    Preocupación porque esa persona te lastime o lastime a alguien a quien quieres. Debes saber que muchas niñas, niños, adolescentes y personas adultas son amenazadas como una forma de chantaje para obtener silencio. Cuéntale a tu persona de confianza y sabrá cómo ayudarte.
    Miedo de que no te crean. Nuestra sociedad pone en duda la palabra de la víctima o sobreviviente, así que la responsabilidad no es tuya. Las personas que están a cargo de tu cuidado deben creerte, si no lo hacen no te asustes y acude a otra persona de confianza. Vivir una situación de violencia no es tu culpa.

    NOTA: siempre puedes contar con la Red intergeneracional de tu escuela/cantón y pedir para el proceso de vigilancia y exigibilidad para la respuesta de los servicios de protección. Y, si deseas participar de acciones para enfrentar la violencia sexual en tu escuela o colegio puedes también sumarte a la Red y participar activamente para trabajar en prevención y respuesta a la violencia sexual en las instituciones educativas

    Importante

    ¿Con quién contar?

    Cuéntale a tu persona de confianza
    como tu padre, madre, docente, psicóloga, DECE o la persona en la quien confíes. Las personas adultas, tienen la responsabilidad de protegerte y cuidar de ti y de tu bienestar.

    ¡Recuerda!

    Nadie de la comunidad puede solicitarte que muestres signos o lesiones que no se puedan observar a simple vista.