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No voy a compartir eso

Soy Pedro, tengo 16 años y curso el segundo año de bachillerato en la ciudad de Otavalo. Para compartir las tareas de la clase de ciencias naturales, la presidenta del curso creó un grupo de WhatsApp. Ahí estamos todos los y las compañeras del aula. No suelo interactuar mucho en el chat, pero siempre lo reviso por si acaso. Hace una semana, un compañero empezó a compartir stickers chistosos y varios compañeros le contestaron con otros memes. Luego siguieron jugando hasta que alguien dijo que ya paren porque era muy de noche y los mensajes seguían llegando.
Pedro viendo su celular en su cama

Después de unos días, teníamos como tarea consultar sobre métodos anticonceptivos y un compañero decidió hacer un chiste sobre sexo. Muchos se rieron y empezaron a compartir nuevamente stickers pero esta vez era contenido pornográfico. Me dio miedo de que mi mamá viera mi celular y vacié el chat del grupo. Pero la conversación siguió y en la noche pasaron al grupo un pack con fotografías íntimas de una chica de otro colegio que se había vuelto famosa en redes por hacer videos chistosos. Yo la seguía desde hace unos meses en tik tok porque me gustaba su contenido. Varios de los chicos del grupo comenzaron a compartir el pack de ella en otros chats grupales que teníamos.

Decidí que yo no lo haría, todos los mensajes que recibía sobre la chica eran burlándose de ella y como si hubiera tenido la culpa de tomarse fotos. Así que puse en el chat de ciencias que no deberían burlarse de ella y menos compartir sus imágenes sin su consentimiento y luego me salí del chat.

Pedro revisando su celular y escribiendo un mensaje que dice: No voy a compartir eso

Pensé en que al día siguiente sería muy raro y decidí contarle lo sucedido a mi mamá. Ella me hizo sentir tranquilo y me dijo que lo mejor sería avisar al colegio para que se detenga la difusión de las imágenes porque de seguro eso afectaría la salud emocional de la chica.

Mi mamá me contó que al ir al colegio la recibió la DECE y esta le había felicitado por mi comportamiento y por dar aviso de lo sucedido. Además, se acercaron algunos de mis compañeros y compañeras a decirme que también se sentían mal e incómodos con la difusión de esas imágenes pero que no se atrevían a decir nada, que soy valiente.

Pedro conversando con su madre mientras toman té
  • Identifica

Señales de alerta para reconocer si estás viviendo una situación de violencia sexual

Si te pide que guardes en secreto las cosas que hace o habla contigo.

Si te hace sentir incómoda/o porque insiste en tener contacto físico o dice cosas que te asustan o avergüenzan.

Si te muestra imágenes, videos o te habla de las partes íntimas de tu cuerpo o de personas adultas o de otros niños o niñas, o actividades sexuales.

Si te llama, te escribe o te busca permanentemente para pasar tiempo contigo a solas sin que la persona de tu confianza lo sepa.

Si te hace preguntas incómodas sobre tus partes íntimas, o sobre cosas que tú consideras privadas.

Si te da dinero o regalos permanentemente y sin razón, te pide que hagas cosas que te hace sentir inseguro/a o incómodo/a.

Si te pide que le acompañes a sitios donde nadie puede verlos o saber (lugares secretos).

Si frecuentemente entra en el baño o lugares donde te cambias de ropa, sin tocar la puerta y sin respetar tu intimidad.

    • Qué hacer

    ¿Qué puedo hacer si estoy viviendo violencia sexual?

    Cuando vivimos una situación de violencia sexual hay una serie de emociones que pasan en nuestro cuerpo. Confía en tus emociones, es normal que al atravesar por este tipo de experiencias sientas algunas de las siguientes:
    Inseguridad, miedo, confusión, vergüenza. Recuerda que no es tu culpa y que puedes contarle a tu persona de confianza.
    Preocupación porque esa persona te lastime o lastime a alguien a quien quieres. Debes saber que muchas niñas, niños, adolescentes y personas adultas son amenazadas como una forma de chantaje para obtener silencio. Cuéntale a tu persona de confianza y sabrá cómo ayudarte.
    Miedo de que no te crean. Nuestra sociedad pone en duda la palabra de la víctima o sobreviviente, así que la responsabilidad no es tuya. Las personas que están a cargo de tu cuidado deben creerte, si no lo hacen no te asustes y acude a otra persona de confianza. Vivir una situación de violencia no es tu culpa.

    NOTA: siempre puedes contar con la Red intergeneracional de tu escuela/cantón y pedir para el proceso de vigilancia y exigibilidad para la respuesta de los servicios de protección. Y, si deseas participar de acciones para enfrentar la violencia sexual en tu escuela o colegio puedes también sumarte a la Red y participar activamente para trabajar en prevención y respuesta a la violencia sexual en las instituciones educativas

    Importante

    ¿Con quién contar?

    Cuéntale a tu persona de confianza
    como tu padre, madre, docente, psicóloga, DECE o la persona en la quien confíes. Las personas adultas, tienen la responsabilidad de protegerte y cuidar de ti y de tu bienestar.

    ¡Recuerda!

    Nadie de la comunidad puede solicitarte que muestres signos o lesiones que no se puedan observar a simple vista.